Padres y Madres Separados

Ayuda práctica, jurídica y psicológica padres, madres, separados, divorciados e hijos

Una historia dura

Estimado Sr./a
Mi nombre es Rosa González y espero que no le moleste el haberle enviado este e-mail, pero creo que éste caso es y se merece que usted pueda dar una opinión después de leerlo. Créame a medida que tengo mas información sobre el mismo, pienso que algo no funciona en esta sociedad.

Esta es la carta de un hombre maltratado, y encarcelado por ser hombre.

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La noche del 6 de Enero murió Yaneth.

El 5 de Enero me levanté tarde, sobre las doce del mediodía, después de un largo viaje desde Suecia.

 Llevaba sin dormir bien durante los últimos meses debido a todos los problemas con Yaneth.  Este día estaba, si cabe, más nerviosa de lo habitual; sabía que en tres días
yo entregaría las llaves del apartamento a su propietario y después me marcharía a Suecia por un tiempo y sobretodo que nuestra relación
había llegado a su final.

  Empezó ella esa mañana una discusión muy
subida de tono. Me repetía gritando que no me dejaría, a la vez que golpeaba su cabeza  contra la pared. Me dio miedo y salí del
apartamento al pasillo; llamé al timbre de la vecina de al lado-Victoria-pero nadie contestó. Regresé a mi apartamento e intenté hablar con Yaneth, convencerla para que se calmara; conseguí que saliera a la calle a dar un paseo.

En el camino nos encontramos con Charles, un amigo francés que vivió provisionalmente en mi casa de Málaga durante el tiempo que yo estuve
de viaje en Suecia. Charles quiso invitarnos a cenar por la noche en un restaurante francés.  Antes paramos en un pub inglés a tomar unas
cervezas. Una vez en el restaurante, Charles como buen cocinero y entendedor de vinos pidió Pernod de entrada y un par de botellas de
vino para cenar. Después de la cena decidimos regresar al pub para tomarnos otro par de cervezas. Después de un rato me sentí un poco
ebrio y muy cansado. Le dije a Yaneth que me iba al apartamento a dormir.

En el pub había una chica que cumplía años y ésta animó a Yaneth para que fueran juntas a una discoteca; Yaneth dijo que sí pero que pasaría antes por casa para cambiarse de ropa. Mientras se cambiaba yo me lavé los dientes; me acosté y me quedé profundamente dormido.

 De repente me desperté al arrojarme Yaneth una cazuela de agua encima, cuando regresaba a toda prisa con otra cazuela llena pude cogerla de las manos para que no me la tirara. Se puso histérica y subiéndose a la cama comenzó a golpearme y a morderme por todas las partes. Me deshize de ella y me metí en el baño cerrando la puerta con cerrojo.

 Yo pensé que se le pasaría el ataque de histéria; que se marcharía a la discoteca y me dejaría en paz. Pensaba dormir incluso en el cuarto de baño; estaba desnudo y me puse el albornoz cuando de repente empezó a gritar al otro lado de la puerta y a dar patadas. Logró romper la puerta e introdujo la mano por el agujero que había hecho para abrirla. Tenía un cuchillo de cocina en la mano; aterrorizado salí como pude corriendo hacia el salón y ella vino detrás e intentó apuñalarme. Logré coger un palo de la fregona para defenderme de ella.

Al final pude arrebatarle el cuchillo. Entonces ella se fue a por mi ordenador portátil e intentó tirarlo al suelo pero pude cogerlo.

Yaneth desapareció del salón y yo me fui al dormitorio. Después de un tiempo oí a Yaneth gritar histérica desde el balcón. Yo corrí para ver lo que había pasado. Ella estaba sentada en la barandilla con la espalda hacía la calle y los pies en un banco; cuando salí al balcón
me dio una patada y me desplazó hacia atrás al mismo tiempo que ella perdía el equilibrio y caía al vacío hasta la calle, muriendo después
del fuerte impacto.