Padres y Madres Separados

Ayuda práctica, jurídica y psicológica padres, madres, separados, divorciados e hijos

Una historia dura

Estimado Sr./a
Mi nombre es Rosa González y espero que no le moleste el haberle enviado este e-mail, pero creo que éste caso es y se merece que usted pueda dar una opinión después de leerlo. Créame a medida que tengo mas información sobre el mismo, pienso que algo no funciona en esta sociedad.

Esta es la carta de un hombre maltratado, y encarcelado por ser hombre.

Publicado el

Me llamaba constantemente pidiéndome que por favor la perdonara; que ella no sabía lo que hacía pero que ahora estaba bien; que quería
volver y que nunca más volvería a amenazarme. Era especialista en manipularme. Yo, de nuevo, alquilé un apartamento en Málaga en la plaza de La Merced y fuimos a por su hija a Madrid.


Un día vino mi amigo Paul a saludarme y decidimos salir a la Plaza de la Merced, justo al lado de donde vivíamos, a dar una vuelta y
charlar. Yaneth cuando lo oyó se puso histérica, ella no podía venir con nosotros ya que la niña estaba durmiendo. De repente cogió la llave de la puerta, cerró con llave y se la guardó. Le pedimos que abriera la puerta pero ella se negaba. Paul y yo insistimos pidiéndola otra vez que abriera la puerta y nos dejara salir.

Ella estaba en un estado de histeria total, fue corriendo a la cocina y vino con un cuchillo grande gritando: "te voy a matar, tengo cojones para hacerlo" y muchas más barbaridades. Ella me atacó varias veces y pude esquivarla. Con mis brazos pude evitar que me apuñalara en el
estómago. Me cortó en un brazo y en una pierna. En un descuido de Yaneth pude cogerla las manos, caímos al suelo y mi amigo Paul logró
quitarle el cuchillo. Ella empezó a gritar enloquecida; yo sabía que era una estrategia de ella para que yo la soltara. Yo la decía "sigue gritando" porque yo pensaba que así la policía llegaría más rápido.


Instantes después llegó un grupo de cuatro o cinco policias. Estos son los que van a testificar. (El fiscal pide dos años por agresión) Les contamos lo sucedido pero ellos no estaban interesados en escuchar nada. Mi amigo Paul les entregó el cuchillo que había
quitado a Yaneth. La reacción de la policía fue inesperada, me pusieron unas esposas y me llevaron a la comisería. Al día siguiente
me llevaron al juzgado. El Juez me preguntó si las heridas y la sangre en mi ropa se habían producido con el cuchillo con el que me
había atacado Yaneth, yo respondí que SI. Me dejaron en libertad y me dijeron que no podía acercarme a Yaneth y que tenía que personarme
cada 14 días al juzgado.

Regresé a mi casa y le dje a Yaneth que no podía continuar con ella por decisión del Juez. Que no podía acercarme a ella y le dije que
todo se había acadado. Ella decía que no le importaba lo que el Juez hubiera dicho y que seguiría conmigo. Yo no sabía qué hacer:

1- Si la dejaba ¿ella me mataría?

2- ¿se autolesionaría? Y luego ¿me denunciaría por ello?

 3- ¿se
intentaría suicidar y entonces yo acabaría en la cárcel como tantas veces ella me repetia?: "si me dejas me suicidio y pagarás por ello"
Al final pude convencerla y ella se marchó a trabajar a Castellón en un club.

De nuevo empezó a llamarme varías veces al día. Todo el tiempo llorando y pidiéndome que la perdonara, que no volvería a suceder y demás.. Esta vez yo estaba más decidido y la dije que no. No sé de dónde pude sacar las fuerzas, pero pudo por fín quitarme el miedo, sería porque ella estaba lejos y no podía hacerme daño.

Yaneth siguió trabajando en clubs en diferentes ciudades. Me seguía llamando constantemente hasta que un día me anunció desde Ibiza que
regresaba a Málaga a trabajar en un club de Torrox y que quería verme. Yo le dije que no, que era imposible por todos los problemas
que ella me había causado.

Un día muy temprano por la mañana Yaneth llegó a Fuengirola, me estaba buscando. Ella no sabía muy bien donde vivía ahora pero había escuchado las campanadas de la Iglesia y me amenazó diciéndome que si no la decía donde vivía llamaría puerta por puerta hasta que me
encontrara.