Padres y Madres Separados

Ayuda práctica, jurídica y psicológica padres, madres, separados, divorciados e hijos

Una historia dura

Estimado Sr./a
Mi nombre es Rosa González y espero que no le moleste el haberle enviado este e-mail, pero creo que éste caso es y se merece que usted pueda dar una opinión después de leerlo. Créame a medida que tengo mas información sobre el mismo, pienso que algo no funciona en esta sociedad.

Esta es la carta de un hombre maltratado, y encarcelado por ser hombre.

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Al final ella vio mi ropa en la terraza y empezó a gritar "papi, papi abre la puerta".

Para evitar que los vecinos oyeran los gritos de Yaneth, decidí bajar y hablar con ella y la dije que no podía subir al piso. La pedí que se marchara. Pude convencerla y se marchó de
nuevo a Torrox. Yaneth sabía que mi madre y su marido vendrían de Suecia.

El día 26 de Junio del 2002 Yaneth regresó de nuevo y ésta vez con la maleta. Era el día del cumpleaños de mi madre y decidimos dejar a Yaneth que nos acompañara para evitar cualquier escena desagradable.

Nos reunimos mi madre, su marido, Paul, Yaneth y yo para salir a cenar. Después de regresar del restaurante yo estaba cansado y me acosté en una cama que habíamos colocado en el salón.
Yaneth me despertó bruscamente, quería salir de nuevo para ir a una discoteca. Quería que yo la acompañara, yo le dije que estaba cansado.

Se sentó encima de mí y empezó a golpearme continuamente; enloquecida, me pegó en la cara y en todo el  cuerpo, intenté defenderme pero fue imposible. En ese instante llegó mi amigo Paul al apartamento y se fue al balcón para fumarse un cigarro.

Yaneth inmediatamente salió corriendo hacia el balcón; estaba fuera de sí. Empezó a golpear a Paul, con una uña le cortó la cara haciéndole una herida para toda la vida. Mi madre al oir los ruidos vino al salón y gritó a Yaneth "basta ya y termina con todos estos problemas".

Paul intentó llamar a la policía pero Yaneth le quitó el teléfono móvil y lo lanzó a la calle. Yo cogí a Yaneth y la saqué fuera del apartamento con sus maletas.
En ese mismo momento llegó la policía y una vez más contamos lo sucedido. La policía dijo  a Yaneth que se alejase del lugar, de mi domicilio. Yo le pedí a la policía que registraran la maleta de Yaneth porqaue se llevaba mi agenda, con mis tarjetas de crédito, números de teléfono, direcciones, etc.., no la encontraron pero yo sabía que ella la tenía para intentar manipularme y con eso tener una
excusa para volver al apartamento y verme.

Al día siguiente, mi madre y Paul fueron a la comisaría y denunciaron a Yaneth relatando lo ocurrido la noche anterior, y mostrando la
herida que Paul tenía en la cara producida por Yaneth.

Mi ex mujer me llamó en una ocasión y me preguntó que qué me ocurría.
Yo avergonzado, pretendí no entender de qué me estaba hablando. Me contó que Yaneth la había llamado amenazándola de muerte. La dijo que
se cambiara de apellido y que dejara de llamarme, que nunca más volviera a contactar conmigo; que sabía dónde vivía, que yo era para ella; que ella tenía mi sangre dentro de su cuerpo, etc.. además de más cosas imposibles de contar. Pero lo que a mí me hizo estremecer
fue que la dijo que "la separaría la cabeza del cuerpo y tenía amigos que lo harían".

Mi ex mujer y yo nos vimos en McDonalds, cerca de mi tienda de muebles. Ella tenía miedo y me dijo que me metiera en un taxi y que ella me llamaría al móvil para decirme dónde nos veríamos para evitar que alguien nos siguiera. Cuando nos vimos, yo no podía contarla nada
de lo que me sucedía: ¿qué pensaría de mi? ¿dónde quedaría mi autoestima? ¿podría entenderme?


Yo sabía que si se lo contaba ella intentaría ayudarme, pero yo no quería implicarla. Yo tenía que resolver mis problemas por mí mismo,
además dicen que los "los hombres no lloran". Yo me sentía como una mujer maltratada. Yo, era un hombre maltratado. Me sentía solo, con una mujer que no quería dejarme vivir mi vida. Una mujer que se había propuesto matarme si yo no era para ella "para ella o para nadie"

Así que le dije a mi ex mujer que todo estaba bajo control. Llegué a decirla que Yaneth tenía problemas y tenía que ayudarla, que no podía abandonarla. Mi ex no me entendió. Me preguntó cómo podía estar con una persona como Yaneth (a pesar de que ella no sabía apenas nada del infierno que yo estaba viviendo). La dije que no se preocupara, que no tuviera miedo porque ella no estaba conmigo, que estaba lejos, en otra ciudad. Nos despedimos, me dio pena despedirme de ella sin poder contarla lo que me ocurría, pero despés de diez años con ella
no podía dejar que me viera así porque eso me hacía sentir peor.

Ella además tenía novio y no quería que se preocupara por mí. Me hizo prometer que me centraría y que seguiría hacia delante en la vida. Me sentí mejor y me sentí peor porque al mismo tiempo que sabía que podía lograrlo, al mismo tiempo sentía que había fracasado como hombre.