Padres y Madres Separados

Ayuda práctica, jurídica y psicológica padres, madres, separados, divorciados e hijos

Separación de pareja, no de familia

EL PAPEL DEL PSICÓLOGO EN CASOS DE SEPARACIÓN O DIVORCIO
RESPONSABLES DEL PROGRAMA ?.SEPARACIÓN DE PAREJA NO DE FAMILIA?:
Francisca Fariña, Ramón Arce, Dolores Seijo y Mercedes Novo

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Los resultados de diferentes investigaciones evidencian la eficacia de los programas de intervención.

En efecto, los padres que han cursado un programa:
a) ofrecen a los hijos respuestas más efectivas,
b) controlan mejor sus reacciones hacia el otro progenitor,
c) observan un cambio en sus sentimientos acerca de la separación,
d) les ayuda a comprender la importancia de la cooperación parental,
e) se conciencian de que deben incrementar sus esfuerzos para trabajar con el otro padre,
f) desjudicializan la relación.

De igual forma, los programas dirigidos a niños muestran una repercusión positiva en sus participantes.
Por tanto, no dudamos en afirmar que la Administración rentabiliza, ampliamente, la inversión que suponen su realización a corto plazo en diferentes ámbitos:
en el judicial (v. gr., disminución de separaciones y divorcios contenciosos, las apelaciones, cambios de medidas, denuncias por incumplimientos) en el sanitario (descenso de consultas y tratamientos de estrés, ansiedad, depresión, malestar general),
en el laboral (descenso de bajas laborales por causa de salud psíquica o física, aumento de la producción)
en el escolar (reducción de conductas disruptivas y del fracaso escolar), así como a largo plazo, al prevenir futuros desequilibrios en las partes implicadas en los aspectos emocional, psicológico y conductual.

Para finalizar señalar que la Recomendación nº1R(98) del Comité de Ministros del Consejo de Europa insta a los Estados miembros que pongan en marcha la mediación familiar, por considerar la forma óptima de resolver los procesos de separación y divorcio.

Sin embargo, en nuestro país no todas las Comunidades Autónomas poseen un servicio oficial de mediación familiar que llegue a todas las parejas que inicien un proceso de separación. El instaurar, de forma general u obligatoria este procedimiento posibilitaría conseguir más fácilmente la permanencia de la familia.

Si, igualmente, se llevaran a cabo programas de intervención sería alcanzable el deseo de que la separación no suponga un proceso de victimación de la familia.

Éstos deberían tener lugar lo antes posible, incluso previamente a la mediación, posibilitando, de tal manera, que la mediación se convierta en una planificación de la responsabilidad parental.