Padres y Madres Separados

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LA IMPORTANCIA DEL PADRE EN LA VIDA DE LOS HIJOS

Julio Bronchal, psicólogo especializado en infancia y conflicto familiar.

estarconmishijos@yahoo.es
www.quieroestarconmishijos.tk

"No creo que exista en la niñez necesidad mayor que la protección de un padre"
Sigmund Freud

"Para un niño, el padre es un gigante desde cuyos hombros puede divisar el infinito"
Perry Garfinkel

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Si en algo coinciden las distintas escuelas y corrientes psicológicas es en afirmar la importancia decisiva de la niñez en la conformación de la personalidad del individuo.

También coinciden en subrayar la importancia de una relación afectiva adecuada con ambos progenitores como condición favorecedora de personalidades estables y ajustadas.

La estabilidad emocional del niño viene soportada por dos pilares: las relaciones que mantiene con su padre y con su madre. En la infancia el niño necesitará modelos de conducta y de interacción apropiados para su sana evolución.

Dichos modelos son provistos de manera insustituible por ambos progenitores desde roles complementarios en un marco de amor incondicional.

Si la presencia significativa de ambos progenitores resulta favorecedora para el niño, es lógico suponer que la ausencia de cualquiera de las dos figuras parentales signifique una pérdida de recursos para el menor y, por consiguiente, una situación indeseable para su buen ajuste psicológico.

En nuestro marco social la principal amenaza que se cierne sobre la necesidad de un niño de contar con relaciones plenas y significativas con sus dos padres es la manera en la que habitualmente se resuelve la separación de los mismos. Tras el divorcio de sus progenitores el padre varón queda injustificadamente marginado de la vida de sus hijos.

En el mejor de los casos las relaciones paterno-filiales quedarán reducidas a dos fines de semana al mes y algún que otro contacto esporádico dentro del denominado "régimen de visitas", término este dudoso y de claras reminiscencias carcelarias. La aplicación de esta rutinaria fórmula, emanada de un sistema anacrónico, insensible e ignorante de las necesidades afectivas de los menores, tendrá graves consecuencias para la evolución psicológica de los hijos: la impuesta ausencia del padre varón se ha revelado como una circunstancia perniciosa en la vida de los niños.

Ante la cuestión planteada, las distintas investigaciones y estudios psicológicos y sociológicos convergen en el mismo resultado: la ausencia del padre en la vida de los hijos tiene, en la inmensa mayoría de los casos, repercusiones negativas que se manifiestan en diferentes planos de su ajuste adaptativo.

La incidencia de estas consecuencias viene modulada por múltiples factores. Podemos citar, como los más significativos, la edad de los menores en la que se inicia la privación de la presencia paterna y la duración de la misma, las causas que la originan, el sexo de los hijos, variables psicológicas de los niños y factores del entorno de naturaleza familiar, social, cultural y económica.

La investigación psicológica ha dejado bien establecido que la ausencia paterna se relaciona con problemas de ajuste escolar y mermas cognitivas en los niños víctimas de privación de la figura paterna.

Así, por ejemplo, Lessing, Zagorin, y Nelson (1970) informan de cocientes intelectuales inferiores, verbales, y peores resultados en niños privados de la presencia paterna que en aquellos que la mantenían regularmente.