Vaya-vaya con nuestras feminazis. Aquel proyecto de mundo feliz gobernado por mujeres resulta que precisa con urgencia la declaración del estado de ruina ante el inminente peligro de derrumbe. ¿Quiénes alzarán ahora la voz contra quienes piden custodias compartidas, denuncien la criminalización de los hombres, leyes discriminatorias o ventajismos varios?. Ay, pobrecillas.
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