Padres y Madres Separados

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UN PASEO POR LA MEMORIA

Un artículo de Eluterio Sánchez (EL LUTE)

?Enhorabuena, Eleuterio. Recoja sus cosas; se va en conducción a una cárcel de régimen abierto. La mejor de todas: Alcalá de Henares?. Era el Jefe de Servicios del Penal de Córdoba, el que me llamó a su despacho para darme la noticia. Me quedé anonadado.

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La trama golpista

Era tarde, casi anochecido ya, cuando supe la noticia de que un grupo de militares y de guardias civiles tenían secuestrados a los diputados y al Gobierno en el Palacio del Congreso de los de los Diputados. La noticia me dejó helado y sobrecogido. Eso me lleva a hablar del 23-F, de la trama golpista, de cómo viví yo , en la Sección Abierta de Alcalá de Henares, este negro episodio, quizá la falta de ortografía mayor de nuestra reciente historia. Más que informar sobre estos hechos prefiero dar- como diría mi querido Paco Umbral- mi imaginación de ello.

A velocidad de vértigo pasaba de un estado de ánimo a otro. Desde la sorpresa y perplejidad inicial, al espanto, la tristeza y el miedo. ¿Cómo dormir aquella noche angustiosa de 1981 en una cárcel, sin saber lo que iba a ocurrir al día siguiente, con la libertad acotada, amenazado el país, presos sus representantes a manos de unos forajidos locos? ¿Qué hacer para hacer algo útil? Otra vez los militares nos querían silenciar, ponernos bajo la bota y el fusil durante…¿Por cuánto tiempo esta vez?.

¿Qué hacer? ¿Adonde ir?. ¿Huir, luchar?. Amarga y terrible disyuntiva para todos. Más terrible - si cabe- para el preso notable que era yo.

Esa noche, obviamente, no pude dormir. Pensé mucho sobre las distintas alternativas que tenía `por delante. Con el ánimo encogido tenía claro, sin embargo, que, de cuajar la intentona, tenía que fugarme inmediatamente. Pero,¿Cómo, cuándo era el momento oportuno?. ¿Fugarme adónde, con quién?. No, en esta ocasión no sería una fuga como las anteriores, a la búsqueda de la libertad personal. No sería así, ciertamente. La libertad, el estado libre, era ya algo mucho más grande que yo. Porque no habría salvación posible sino es con todos. Había pensado sumarme a algún movimiento en lucha. Y luchar contra los huracanados trogloditas.

¡Qué larga y dilatada fue esa noche! Parecía que nunca iba a amanecer. Y cuando llegó el nuevo día y aparecieron las primera noticias de que todo seguía igual, qué desesperación tan espantosa! “! Cómo puede ser de que el la España de hoy ocurran estas cosas? –me interrogaba perplejo-.Los golpistas militares son propios de países tercermundistas. ¿Es que España sigue siendo un país tercermundista?-me interrogaba de nuevo-. Es impensable que en centro Europa, por ejemplo, puedan ocurrir estas barbaridades… Que un militar levante su espada y diga a todo un a nación que “la guerra no ha terminado”. Eso es inconcebible en Francia, Alemania, Inglaterra, etc. O cualquier país medianamente civilizado”.

Desde el uniforme, las botas, pasando por la espada, la pistola, toda la marina, cañones tanques, aviación y otros artilugios mortíferos e inútiles, salen del erario público. Que por arte de no se sabe que locura mesiánica, todo ese poder destructivo, que ha sido depositado en sus manos para defensa del pueblo, sirve para amordazar, silenciar, encarcelar y matar a sus ciudadanos, es de lo más monstruoso y abominable que imaginarse pueda. Pues lo justo es lo que está de acuerdo con la naturaleza humana y el bien de la comunidad.

Los señores golpistas me recuerdan el Parasitismo que ejercen los zánganos frente a las laboriosas abejas. Con una importante diferencia, que entre estas inteligentes y trabajadoras criaturas no impera la ley del masoquismo. No los engordan ni los ceban, ni les dan poder, sino que los aventan y los matan sin pudor ni recato.