Padres y Madres Separados

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Comunicado de Richard Monteguepardi

Tras 30 días manteniendo una huelga de hambre delante del Ministerio de Justicia de España, y haber sido ninguneado tanto por el titular del mismo como por los Tribunales de Justicia ante mis peticiones para que sea atendido el derecho de mi hija Valentina de tener un contacto directo, fluido y continuo con su papá, me he visto obligado a pedir auxilio a las altas instituciones italianas, a través de sus representantes consulares y diplomáticos en España.

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Aún así, es el Reino de España , el único país de la Unión Europea donde un padre puede ser condenado a siete meses y medio de cárcel por un presunto "forcejeo mutuo en condición de igualdad" ante una decisión "arbitraria e irrazonable" de una madre, así pues consta en la sentencia, el día del santo de mi hija Valentina.

Según Sentencia del Juzgado de lo penal nº 9 de Barcelona, donde se me condenó a SIETE MESES Y QUINCE DÍAS DE PRISIÓN, por lo que resultó ser finalmente, "un forcejeo mutuo en un marco de igualdad", se recoge en el punto TERCERO de los "Fundamentos de Derecho" lo siguiente:

"A la hora de imponer la pena debe valorarse la injusta situación en que se encontraba el acusado, que había pactado con su ex compañera (ella así lo reconoció en el plenario), que ese día vería a su niña, dándose la especial circunstancia de que era el santo de la menor.

La madre arbitrariamente decide que no la va a ver. Humanamente es comprensible el enfado, y porque no decir, la desesperación del padre, máxime cuando la madre huye de él delante de la niña, lo que crea una imagen nefasta del padre delante de la menor. Probablemente, en este caso, si la madre se hubiera comportado con serenidad y normalidad, y hubiera permitido una comunicación normal y tranquila entre padre e hija, nada de lo que aquí enjuiciamos hubiera ocurrido. A la vista de lo expuesto se impone la pena mínima."

Finalmente la AP de Barcelona, estableció la calificación de “un forcejo mutuo en un marco de igualdad”, con lo que se revocaron las consecuencias penales antes citadas, tras otros cinco meses sin contacto con mi niña, pero aún así, fui condenado, exclusivamente yo, por una falta de malos tratos, a una multa de 90 €.

Todo ello, es consecuencia de las políticas de familia que, bajo la perspectiva de género, han llegado inclusive hasta el propio Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), donde se imparte formación a Jueces y Magistrados, considerando además necesaria la formación continuada en perspectiva de género a todos los operadores involucrados en la persecución sistemática hacia el hombre que han instaurado en este país, lo que podría estar vulnerando el derecho a la tutela judicial efectiva, por este enfoque predeterminado.

En resumen, la situación que me ha llevado a esta situación, no es una excepción, sino un ejemplo más de lo que viven cientos de miles de papás en este país, que ven como el Estado interrumpe y maltrata los afectos de sus hijos, atendiendo a intereses espurios, que nada tienen que ver con los derechos de la mujer.