Padres y Madres Separados

Ayuda práctica, jurídica y psicológica padres, madres, separados, divorciados e hijos

Reflexiones para una política familiar

Enviado por: pabloelherrero Vie, 24 de Nov, 2006

concepto de familia
políticas sociolaborales de apoyo a la familia, y políticas familiares, instituciones y derecho de familia.

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Segundo: las políticas sociolaborales de apoyo a la familia.

También queda recogida esta prioridad política en vuestro ideario cuando defendéis: “la conciliación de las funciones parentales con las actividades laborales”. Para ello son necesarias leyes que incentiven socioeconómicamente a las empresas que apuesten con sus políticas internas por mejorar los índices de “calidad familiar” entre sus trabajadores.

En España, ningún partido mayoritario, ni de derechas ni de izquierdas, ni empresas ni sindicatos tienen políticas pro conciliación trabajo-familia. .. más allá de una cierta flexibilidad horaria y acceso a guarderías.

Argumentación:
No hay familia por bueno que sea el modelo, si no hay privacidad.. . y leyes que la hagan respetar. La privacidad familiar se compone de: tiempo, espacio y seres queridos con los que compartir. Un trabajo que absorbe todo nuestro tiempo, no nos deja disfrutar de nuestro espacio ni seres queridos. Por lo tanto, difícilmente nos permite “hacer familia”.

Tampoco si tenemos espacio (vivienda) pero necesitamos todo el tiempo para pagarlo, podemos hacer familia. Y lo más importante (como es el caso de muchos padres separados), si tienen tiempo y espacio, pero les quitan a sus hijos para compartirlos, es imposible “hacer familia”,

Una política de empresa responsable con la conciliación trabajo-familia, lo es, cuando más allá de sus ayudas a guarderías y flexibilidad horaria de entrada y salida laboral, promueve entre sus trabajadores “tempus” para que los padres puedan “hacer familia”.

Por ejemplo, en los países escandinavos ambos padres durante los dos-tres primeros años del niño, organizan entre ellos sus tiempos para dedicarse prioritariamente a sus hijos, indistintamente del modelo de familia que tengan. En paralelo, las empresas se comprometen a actualizar profesionalmente a ese padre-madre, que como consecuencia de dicho alejamiento del trabajo haya podido obsoletizarse laboralmente.

Además, los trabajadores tienen “talonarios de tempus” anuales, que pueden o no gastar en función de sus necesidades familiares (personas mayores, discapacitados, enfermedades de los niños, etc.).

Y todo ello es evaluado socialmente por sindicatos e instituciones públicas (entre otras los Ministerios de la familia), teniendo dichas empresas una mayor o menor carga impositiva en función de la “calidad familiar” que sus trabajadores presenten. No existe paridad por ley, ni el divorcio implica la desaparición de la familia originaria (la custodia compartida es obligatoria y se ha de pactar a través de mediadores familiares oficiales previamente al divorcio)... y el índice de natalidad de estos países hoy sobrepasa el 1´8 de media y sigue avanzando (hace tan sólo diez años se acercaba al 0¨5).

Hay privacidad, pues hay tiempo, espacio y seres queridos con los que compartir. En España los premios de “empresa familiarmente responsable”, más bien se dan por criterios... de puro marketing corporativo y sindicalista (léase en ambos casos, feminista).