Padres y Madres Separados

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S.A.P. Síndrome de alienación parental

El doctor José Manuel Aguilar Cuenca, psicólogo clínico y forense, está especializado en la evaluación y tratamiento de las patologías que se analizan en el ámbito de los tribunales, participa en más de un centenar de proyectos de investigación cada año, entre los que se incluyen estudios para distintas Administraciones y Universidades del estado.

La página de J. M. Aguilar

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¿ESTÁ MI HIJO SUFRIENDO UN SÍNDROME DE ALIENACIÓN?

Las relaciones sanas entre padres e hijos incluyen momentos de afecto y discusiones. Si desea resolver un problema, la mejor estrategia es su afrontamiento, buscando la raíz que lo motivó, con la intención de llegar a un comportamiento mutuo que permita hacerlo mejor la próxima vez.

Las relaciones sanas entre padres e hijos se basan en la confianza que puedan otorgarse ambos – no en la competición que usted establezca por ser el mejor progenitor-, y en la comunicación libre de aquello que consideran oportuno, con la certeza de que ambos, en muchas ocasiones, desearán mantener para sí ciertas cosas.

Las relaciones sanas entre padres e hijos no se basan en la falta de responsabilidades, la relajación en las tareas o el consentimiento de todos los caprichos. Educar es entregar y entrenar valores y hábitos, igual que contenidos y emociones, siendo una tarea diaria que se realiza en la escuela, pero también en la cocina, el comedor de casa, de paseo, o subido en el coche.

Las relaciones sanas entre padres e hijos incluyen tanto sentimientos elevados como deseos y temores viscerales, que hacen que deseemos poseer, vigilar y proteger de modo próximo al otro. Está en nuestras manos aceptar nuestras debilidades emocionales, con la intención de evitar que entorpezcan nuestra relación y oculten la nobleza de nuestros sentimientos.

Las relaciones sanas entre padres e hijos incluyen el deseo de amar a ambos. La exposición a situaciones en la que los objetos de deseo muestran su animosidad va en contra de esto, provocando un conflicto en ellos. Estos pueden decidir resolverlo con la evitación de las situaciones en donde se generan, al sentirse culpables o propiciadores de la situación.

En las relaciones sanas entre padres e hijos no existe un reparto equitativo ni estable de lealtades. Nuestros padres, o nuestros hijos no son objeto de una competición, sino un tesoro que contemplar sin necesidad de estar continuamente apretándolo contra nuestro pecho.

Las relaciones sanas entre padres e hijos deben basarse en la libertad de expresar sentimientos y opiniones, sin tener que temer la reprobación de ninguno, y en la flexibilidad que da la mutua confianza.

Las relaciones sanas entre padres e hijos incluyen participar de lo bueno y lo malo con la intención de cumplir un proyecto de vida en común, no con objeto de buscar en el hijo la solución a nuestros problemas de adulto.

CARACTERÍSTICAS DEL PROGENITOR ALIENADOR. PARANOIA. FOLIÉ A DEUX. LIMITE. PSICÓPATA. SINDROME DE MUCHAUSSEN. NUEVAS INVESTIGACIONES.

Si bien en algunos casos pudiera subyacer una patología de ámbito psicológico, en muchos de los escenarios de conflicto marital, donde se pudiera diagnosticar un SAP, nos encontramos con una decisión individual, con una fuerte influencia social y de repetición de modelos de crianza aprendidos, en la que se expresan determinados rasgos de personalidad.

La secuenciación o superposición de distintos escenarios, en función del momento cronológico en el que nos encontremos.

NUEVAS INVESTIGACIONES.

La naturaleza de sus actos es intencional, sostenidos por un sistema de creencias sociales y rasgos de personalidad patológica.

Es habitual que en todo proceso de separación se den conductas o expresiones incorrectas, por parte de cualquiera de los miembros de la pareja. La diferencia es que un progenitor alienador mantiene vivas dichas conductas durante un período de tiempo prolongado, implicando a su hijo con intención de que las comparte y, de este modo, se convierta en un miembro más del enfrentamiento hacia el progenitor objetivo.

Desviar la mirada hacia un problema superior con intención de eludir problemas propios del progenitor alienador, sentimientos de venganza y culpa, deseo de poder dominio y control.

Posibilidad de la perdida, sentimientos de ira ante la falta de reconocimiento de la maldad del progenitor objetivo por parte de los profesionales y la justicia.

Las investigaciones parecen mostrar que el uso de la negociación, la proyección y la distorsión, como medios de enfrentarse a la realidad son comunes en los progenitores alienadores.

Una persona con este perfil podría aparecer desmintiendo cualquier responsabilidad en el divorcio o los problemas familiares, viéndose a sí misma impecable, una víctima de su ex pareja.

La presión para que la familia extensa se sume a la campaña de denigración alcanza en muchas ocasiones a los profesionales.

Es habitual que los progenitores alienadores aprovechen la sensibilidad social sobre ciertos temas (abusos sexuales a menores, malos tratos a mujeres, aumento de los servicios sociales de protección y vigilancia, etc.) para lograr su objetivo.