Padres y Madres Separados

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Al Cornudo feliz

Unas cuantas historrias narradas por Felipe Torrealba, detective venezolano

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Con permiso del autor.

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SR. JUEZ, vengo ante usted para demandar el divorcio y pedir la manutención, la casa, el auto, el apartamento de la playa y el perrito de la casa, de este asqueroso hombre. Si a eso se le puede llamar hombre.

Orden, Orden, no se le permite que en esta sala insulte usted a nadie, por favor, guarde el debido respeto. Prosiga con su caso. Disculpe, Sr. Juez, he vivido muchos años con este sujeto, pero ya hemos llegado a una situación completamente intolerable.

Se ha perdido el respeto y no estoy dispuesta a seguir tolerando una humillación más de este señor.

La Demanda es por violencia doméstica, maltrato físico y verbal, su Señoría.

Los hechos ocurrieron de esta manera. Él la mayor parte del tiempo se la pasa viajando y siempre avisa cuando viene. En esta oportunidad se presentó a casa justo en el preciso momento en que yo estaba con un amigo. Como es natural, no podía aislarme del mundo y de vez en cuando mi amigo me visita. Eso fue suficiente para que mi esposo lo echara de la casa, armando un escándalo de tal proporción que los vecinos salieron a ver lo que ocurría, ¿se imagina la humillación que me hizo pasar mi esposo? gritando a los cuatro vientos que yo le era infiel con su amigo del alma. ¿Y no lo fue? No exactamente su Señoría, mi amigo me hacía compañía cuando el no estaba, pero dígame ¿en qué circunstancia los encontró su marido a ustedes? Bueno, ¡estaba haciendo el amor en mi cuarto, Su Señoría!

Todo el mundo en la sala hace exclamaciones de sorpresa, a lo que el juez solicita a la audiencia; orden en la sala, orden o tendré que desalojarla.

Era completamente justificable su Señoría. Mi esposo se la pasa viajando y nuestro amigo hacía las veces de mi marido en su ausencia solamente. Si claro, eso se llama lógica femenina. Bien entiendo su punto de vista. Usted ¿qué tiene que alegar en defensa a la demanda de divorcio, por maltrato físico y verbal que le hace su legítima esposa?

Que ella tiene razón Su Señoría y quería pedirle perdón, aquí delante de todo el mundo, que estoy muy arrepentido de haberle humillado así, que la quiero mucho y deseo volver con ella. Por favor, perdóname, no volveré a portarme así nunca más. No quiero divorciarme.

Te prometo que desde ahora en adelante te avisare antes de llegar a casa.

Usted Sra. Pérez
¿Qué dice al respecto?
Ya no lo quiero, no lo puedo perdonar, quiero el divorcio. Bien Sra. Pérez, por lo tanto le concedo el divorcio y todo lo que pidió en compensación por los años de sufrimiento al cual fue sometida por su marido, al dejarla sola y porque se vio obligada a buscarse una compañía en las ausencias de su ma7 rido.

Caso Cerrado.
Gracias Su Señoría.
Otro caso más resuelto en Sala de Parejas.

Siempre que escuchaba un caso o cuento sobre las razones de un divorcio, me decía a mí mismo, voy a escribir un libro, sobre el Cornudo Feliz.
 
Cornudo Feliz
De Felipe Torrealba