Padres y Madres Separados

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EL ALCOHOLISMO COMO CAUSA DE SEPARACIÓN MATRIMONIAL

Aurelia María Romero Coloma. Abogada

Al mencionarse en el Derecho español el alcoholismo, junto con la toxicomanía y las enfermedades mentales, como causa de separación (apartado 4 del artículo 82 del Código Civil), parece que el alcoholismo es considerado como una psicopatía,

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El alcoholismo o etilismo produce efectos somáticos y psíquicos, algunos de ellos con repercusión directa, en mayor o menor grado, en la vida matrimonial7.

El comité de Expertos de Farmacodependencia de la OMS reafirmó en 1974 la definición de farmacodependencia o dependencia a las drogas: "Es un estado psíquico y en ocasiones también físico que se caracteriza por una compulsión a recurrir a una sustancia química, ya sea de modo continuo o periódico para sentir sus efectos y en ocasiones para evitar el malestar de su abstinencia. La tolerancia puede o no ocurrir.

Una persona puede desarrollar dependencia a más de una sustancia. Las dependencias múltiples pueden ser simultáneas, o pueden sucederse la una a la otra o en épocas alternadas".

En 1977, se dio el concepto de Síndrome de dependencia al alcohol.

En 1952, la OMS, al referirse en particular a la drogodependencia al alcohol, definió al alcohólico de la siguiente manera: "Alcohólicos son aquellos bebedores excesivos cuya dependencia al alcohol ha alcanzado un grado tal que presentan notables trastornos mentales o interferencias con su salud mental o física, con sus relaciones interpersonales y su funcionamiento social y económico, o bien tienen signos claros de la tendencia a orientarse hacia tales síntomas.

Es por esto, entonces, que tales personas requieren tratamiento. El alcoholismo consiste en la ingestión intermitente o continua de alcohol que lleva a la dependencia y a consecuencias nocivas".

Como indica Vallejo Nájera8, el alcohol es una droga y sus signos de alarma se centran en:

a) Patrón patológico de uso, que viene definido por más de estas característica: intoxicación prolongada y habitual, dificultad para dejar de beber con fracaso en los intentos esporádicos de abstinencia o de disminuir la bebida, con amnesia de lo ocurrido durante los períodos de embriaguez.

b) El deterioro de la actividad, que comienza en los propios episodios de la intoxicación, manifestándose también en las horas en que el sujeto no ha bebido, con irritabilidad y agresividad, celos paranoides, etc...

c) La dependencia, que tiene dos aspectos: el aumento de la tolerancia y el síndrome de abstinencia, presentando en las abstinencias bruscas el cuadro clínico llamado delirium tremens.

La intoxicación tiene tres grados: en la intoxicación leve domina la euforia, extraversión, necesidad de contacto afectivo, locuacidad, disminución de las inhibiciones, lo que lleva a cometer indiscreciones y errores, con un cierto parecido a la hipomanía.

En la intoxicación de mediana intensidad, a la intensificación de los síntomas de la leve, ya analizados, se añade el giro hacia la irritabilidad o depresión, con incontinencia emotiva, apareciendo lenguaje confuso e incoordinación de movimientos, con cierta disminución de la sensibilidad.

Por último, en la intoxicación aguda se puede llegar al coma y a la muerte.