Padres y Madres Separados

Ayuda práctica, jurídica y psicológica padres, madres, separados, divorciados e hijos

Cartas abiertas al PSOE de un PADRE sin derechos

Según parece tienen Vds. previsto modificar la Ley del Divorcio, así como elaborar una Ley Integral contra los Malos Tratos. Aplaudo su iniciativa y con ánimo de prestar mi colaboración ciudadana al respecto, les expongo unas injusticias que en aras de la equidad considero que deberían subsanarse en dichas normas.

(Si deseáis suscribirla, enviádsela al PSOE: infopsoe@psoe.es)

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La Declaración Universal de Derechos Humanos, dice en su artículo 5:

"Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes".

Este artículo no parece rezar para el padre separado, a quién se le priva sistemáticamente de la custodia de sus hijos en un 98% de los casos; se le obliga frecuentemente a pagar una pensión compensatoria a su exmujer (quién tiene pies y manos para trabajar al igual que él), más una pensión de alimentos para los hijos (sin la contraprestación legal de recibir, dicho padre, una justificación de que ese dinero se ha gastado realmente en sus hijos); se le expulsa de su hogar (aunque la casa sea un bien privativo de él; habiendo incluso casos en los que le acompañan en el destierro los abuelos paternos, propietarios de la casa) y en muchas ocasiones la exmujer introduce en el hogar a su amante, con quién convive vergonzosamente, junto con los hijos del deshecho matrimonio.

El padre conserva la patria potestad, como figura jurídica tan solo para obligarle a pagar todo este latrocinio institucional; puesto que en multitud de casos ni siquiera puede ver a sus hijos y, en el resto, raramente se escucha su opinión para la educación de los mismos.

Si el padre deja de pagar las pensiones o se retrasa en la entrega de los hijos a la finalización del exiguo "régimen de visitas" que le conceden la Ley y los Tribunales, se le castiga con cárcel.

Sin embargo, si la madre le impide al padre ver a sus hijos, este hecho no se considera secuestro y puede cometerlo con total impunidad.

Resulta público y notorio que un gran número de mujeres acusan falsamente a sus parejas de "malos tratos", para obtener beneficios previos a la separación y divorcio (hay quiénes estiman que esta falsedad ronda el 90% del total de denuncias).

Según directrices del Consejo General del Poder Judicial, por ser delitos que se dan habitualmente en la intimidad -con ausencia de testigos- es suficiente con la declaración de la "víctima" ("presunta víctima" diría yo) para condenar al acusado; con ello se infringe descaradamente el principio de presunción de inocencia, teniendo que ser el hombre (verdadera víctima del sistema) quién demuestre su inocencia.

Cuando, milagrosamente, el hombre resulta exculpado de tales calumnias (después de pasar varios meses desterrado del hogar y sin ver a sus hijos, en consonancia con la Orden de Protección), la delatora resulta impune; ya que se aduce: que no tiene necesariamente por qué haber mentido, siendo tan solo que "no se ha podido llegar a demostrar la culpabilidad del hombre" dejando, con esto, la duda hipotética de que pudiera ser un maltratador.

La exculpación, por otro lado, resulta contradictoria -y por ello, realmente difícil de que se llegue a dar- puesto que solo se necesita la "declaración de la víctima" para inculpar al hombre.

Actitud, por otro lado, que difícilmente conseguirá disminuir los casos de violencia; ya que cuando la Justicia no es ecuánime, la persona vilipendiada tiende a tomársela de su propia mano.

Existen múltiples centros de acogida y ayuda institucional para la mujer maltratada, que excluyen al hombre maltratado, ignorando con ello numerosos estudios serios al respecto (como el informe Fiebert), los cuales afirman que estadísticamente tan violenta y maltratadora es la mujer como el hombre.

Para colmo, hay sentencias que declaran inocente a la mujer homicida, que aduce la disculpa de que estaba siendo maltratada por la víctima.

Considero, por lo expuesto, que institucionalmente se está sometiendo al hombre, y a sus hijos, a verdaderas: "torturas, penas y tratos crueles, inhumanos y degradantes"; a lo que espero y deseo sepan Vds. poner coto con sus nuevas leyes y modificaciones de las mismas; legislando (como los socialistas en Francia y en otros países avanzados) la custodia compartida, así como normas equitativas en lo referente a la violencia familiar y doméstica. Firma: LL.O.C.