Padres y Madres Separados

Ayuda práctica, jurídica y psicológica padres, madres, separados, divorciados e hijos

ABC de los padres separados

Por el Dr. Eduardo José Cárdenas, ex juez de familia.
Con la colaboración del Juzgado Nacional de 1ª Instancia en lo Civil N° 9 (Buenos Aires)

Publicado el

Este ABC ha sido escrito por una persona que fue juez de familia durante veinte años, y su equipo.

Han atendido a muchísimas parejas separadas, y hablado con sus hijos. Sintetizan aquí en tres puntos los elementos básicos para que los padres puedan guiarlos y educarlos bien. El orden de los puntos es arbitrario; todos son igualmente importantes.

LA LETRA A

Después de la separación, es fundamental que los padres logren una mínima relación de diálogo y colaboración, centrada en el hijo.

El proceso educativo después de la separación

Los padres saben que educar a un hijo es formar un hombre o una mujer maduro para el amor y para el trabajo. Que tenga la capacidad de entablar relaciones estables y fructíferas en la amistad y en la relación de pareja. Que sea un buen padre o una buena madre, si tiene hijos, y que pueda hacerse responsable de las generaciones siguientes. Que sea valioso y pueda sentirse apreciado en la actividad que realice, cualquiera sea.

Dicho en otras palabras: educar a un hijo es ayudarlo a emanciparse, a ser a la vez personal y solidario, libre y cuidadoso de los demás, creativo y comunicado con el resto.

Los hijos de padres separados tienen que ser educados para poder emanciparse antes que los otros. Esto pueden lograrlo siempre que tengan un padre y una madre que les den afecto, los guíen y les pongan límites, y que los actos y decisiones que les atañen sean motivo de diálogo, acuerdo y colaboración entre los padres.

Para que esto sea posible...

Para que esto sea posible, en primer lugar los padres deben observar una conducta coherente con la separación. Esto no significa que los ex-cónyuges no puedan ayudarse y aun quererse después de la ruptura. Pero, puesto que han debido separarse, cada uno ha de aprender a respetar la privacidad del otro y a no usar a los hijos en un afán de permanecer de algún modo unidos.

Algunos padres, por ejemplo, intentan seguir gobernando las finanzas de la casa en la que ya no viven, y - basándose en la supuesta incapacidad de la madre - entregan el dinero con cuentagotas. De esta manera seguramente mantendrán una dependencia mutua.