Padres y Madres Separados

Ayuda práctica, jurídica y psicológica padres, madres, separados, divorciados e hijos

ABC de los padres separados

Por el Dr. Eduardo José Cárdenas, ex juez de familia.
Con la colaboración del Juzgado Nacional de 1ª Instancia en lo Civil N° 9 (Buenos Aires)

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INTRODUCCIÓN:

Los padres podrán dejar de vivir juntos, pero siguen siendo padres para siempre.

Cuando los esposos se separan ya han sufrido mucho, y no ven probabilidades de cambio. Por lo general uno toma la iniciativa final, pero los dos saben que la convivencia los está destruyendo, y que también está perjudicando gravemente a los hijos.

La separación puede abrirles caminos nuevos, como personas y como padres. Lo que más resalta al principio son las exigencias y las dificultades, pero luego aparecen proyectos, energías, capacidades y aptitudes que estaban bloqueados.

En cuanto a los hijos, como la unión entre los padres les da seguridad y confianza, muchas veces rechazan la ruptura y ésta les causa un hondo y prolongado sufrimiento. Pero si con la separación se disipa el clima de tensión o de abierta pelea, los padres tienen la posibilidad de entablar con sus hijos una relación más íntima y afectuosa, de guiarlos con mano más firme y segura y de fijarles límites más claros.

Poder hacerlo depende de cómo evolucione la disposición interior y la actitud de los padres hacia los hijos y entre sí después del rompimiento. Pero es importante que lo logren, porque los padres podrán dejar de vivir unidos, pero siguen siendo padres para siempre. He aquí el principio básico.

Buenos o malos, cariñosos o fríos, protectores o indiferentes, el padre y la madre serán los únicos que el hijo tenga y sus comportamientos tendrán una estrecha relación con el futuro del hijo.

Es preciso entonces que el padre y la madre vayan superando, al menos en la medida de lo posible, los problemas más importantes que a menudo plantea la separación.

En efecto, el rompimiento de la pareja puede estar acompañado de dificultades y de sufrimientos: de angustia y depresión, rencor y rabia, sentimientos de haber sido traicionado, abandonado, despojado y humillado; dificultades económicas, a veces súbitas y catastróficas, que no dejan dormir; alejamiento de parientes y hasta de amigos íntimos; torturadas relaciones con quien fue la pareja. Y tantas cosas más...

Todo ello crea complicaciones que repercuten en los hijos. Problemas que hoy en día son muy comunes y que han sido estudiados. Pero muchos padres separados no tienen posibilidad de ponerse en contacto con personas que hayan experimentado y superado tales dificultades o con profesionales idóneos que los asesoren.