PROPUESTA PARA RETRASAR EL PAGO DE PENSIONES COMPENSATORIAS Y ALIMENTICIAS, POR PARTE DE PADRES SEPARADOS Y DIVORCIADOS,
DURANTE EL PROXIMO MES DE MAYO: EL MES DE LAS ELECCIONES. MENSAJE A LOS POLÍTICOS.
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Normalmente, todos nos hacemos ideas sobre el vínculo matrimonial que no exigen las leyes.
Respecto a la separación o divorcio de los padres sólo se puede hacer un comentario: es legal. Todo razonamiento no es obligatorio o necesario, por tanto, sobra. Lo razonaron los legisladores.
Si alguien piensa que el papel del juez es muy importante sobre el vínculo jurídico matrimonial, se equivoca. Los que pueden suprimir el contrato civil que es el matrimonio son sólo los cónyuges.
Ningún juez puede obligar a casarse a alguien y ningún juez puede obligar a separarse y divorciarse a alguien. Para casarse y separarse y divorciarse hay que pedirlo expresamente.
Para contraer matrimonio hace falta la manifestación del consentimiento matrimonial de los dos esposos y para separarse y divorciarse con la petición de uno sólo vale.
Es muy grave la actuación de los políticos que nos mandan: normalmente no ponen al alcance de los esposos la Ley del Divorcio, para conocer las distintas alternativas que ofrece dicha ley, cuando el estado tiene la obligación constitucional de publicar las normas y muchos esposos las utilizan o piden que se apliquen, sin conocerlas.
Miedo tenemos muchos padres de familia cuando nuestras autoridades hablan de resolver los posibles problemas familiares expulsando al padre de familia.
Os cuento que, por ejemplo, en ciudades como Valladolid habla la prensa de unas 12.000 viviendas vacías y en Burgos 10.000.
Nunca fue el matrimonio premio de nada, ni fue exigido por nadie, sólo por los esposos. Tampoco la separación y el divorcio es castigo para nadie, o al menos nadie lo debiera considerar así. Es una decisión jurídica que permite la ley. Nada más.
Si os escribimos esta carta, es para manifestar nuestra repulsa, la de muchos padres de familia, a la brutal violación de derechos humanos y constitucionales de muchos esposos y padres. Todos los esposos y padres tenemos derecho a la presunción de inocencia y a un juicio justo.
Cuando hablamos de un juicio justo no nos referimos a la opinión que tengan vuestras madres de nosotros sino al que tenga un juez después de escuchar a las dos partes, pero teniendo en cuenta que ambos padres, si hemos estado unidos por el vínculo jurídico del matrimonio, ha sido porque juntos lo hemos exigido al estado y el estado nos ha dado normas para no estar en él sin que sea precisa justificación alguna, a pedir por uno o los dos.
El estado nos niega a los padres de familia nuestros derechos constitucionales. Queremos que los asuntos de familia sean atendido sólo por jueces, fiscales, secretarios judiciales y los forenses de los juzgados. Esas garantías queremos del estado. No otras.
Respecto a la separación o divorcio de los padres sólo se puede hacer un comentario: es legal. Todo razonamiento no es obligatorio o necesario, por tanto, sobra. Lo razonaron los legisladores.
Si alguien piensa que el papel del juez es muy importante sobre el vínculo jurídico matrimonial, se equivoca. Los que pueden suprimir el contrato civil que es el matrimonio son sólo los cónyuges.
Ningún juez puede obligar a casarse a alguien y ningún juez puede obligar a separarse y divorciarse a alguien. Para casarse y separarse y divorciarse hay que pedirlo expresamente.
Para contraer matrimonio hace falta la manifestación del consentimiento matrimonial de los dos esposos y para separarse y divorciarse con la petición de uno sólo vale.
Es muy grave la actuación de los políticos que nos mandan: normalmente no ponen al alcance de los esposos la Ley del Divorcio, para conocer las distintas alternativas que ofrece dicha ley, cuando el estado tiene la obligación constitucional de publicar las normas y muchos esposos las utilizan o piden que se apliquen, sin conocerlas.
Miedo tenemos muchos padres de familia cuando nuestras autoridades hablan de resolver los posibles problemas familiares expulsando al padre de familia.
Os cuento que, por ejemplo, en ciudades como Valladolid habla la prensa de unas 12.000 viviendas vacías y en Burgos 10.000.
Nunca fue el matrimonio premio de nada, ni fue exigido por nadie, sólo por los esposos. Tampoco la separación y el divorcio es castigo para nadie, o al menos nadie lo debiera considerar así. Es una decisión jurídica que permite la ley. Nada más.
Si os escribimos esta carta, es para manifestar nuestra repulsa, la de muchos padres de familia, a la brutal violación de derechos humanos y constitucionales de muchos esposos y padres. Todos los esposos y padres tenemos derecho a la presunción de inocencia y a un juicio justo.
Cuando hablamos de un juicio justo no nos referimos a la opinión que tengan vuestras madres de nosotros sino al que tenga un juez después de escuchar a las dos partes, pero teniendo en cuenta que ambos padres, si hemos estado unidos por el vínculo jurídico del matrimonio, ha sido porque juntos lo hemos exigido al estado y el estado nos ha dado normas para no estar en él sin que sea precisa justificación alguna, a pedir por uno o los dos.
El estado nos niega a los padres de familia nuestros derechos constitucionales. Queremos que los asuntos de familia sean atendido sólo por jueces, fiscales, secretarios judiciales y los forenses de los juzgados. Esas garantías queremos del estado. No otras.