Padres y Madres Separados

Ayuda práctica, jurídica y psicológica padres, madres, separados, divorciados e hijos

Importancia de la figura paterna

EN EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD DEL NIÑO Y LA NIÑA PREESCOLAR.

Autor: Lic. Edgar García.

Publicado el

LOS PADRES Y EL DIVORCIO.

El divorcio o la separación es un acaecimiento mal conducido por muchas parejas, que impide el crecimiento de todos los miembros de la familia. Lo que podría ser una decisión responsable en búsqueda del equilibrio para recomenzar la vida nuevamente, se convierte en todo un proceso angustiante, cargado de odio, culpa y resentimiento.

Dentro de este espiral de dolor y rabia se encuentran atrapados los hijos, mal informados y utilizados para facturar la pérdida afectiva. La experiencia por lo general termina por desvincular al hijo de su padre, al ser obligado a salir del hogar.
Los hijos quedan con la madre para iniciar toda una batalla legal por el reparto de los bienes conyugales, el establecimiento de una pensión alimenticia y un control de visitas que se puede perder por cualquier motivo.
Esta situación planteada así, no garantiza grandes posibilidades para que el padre esté en contacto físico y emocional con sus hijos e hijas.

Y a quienes creen que esa relación matricentrista debe ser sublimada, resulta bien conveniente revisar los estudios comparativos realizados sobre tenencia compartida y tenencia monoparental de los hijos después del divorcio o la separación.
Aquí se demuestra que los niños y jóvenes con tenencia materna exclusiva, manifiestan una baja autoestima, conductas muy excitables, impacientes y con graves problemas de adaptación.

Al comparar lo anterior, con la tenencia física compartida por ambos padres.
Los individuos manifiestan características en su personalidad bien similares a los que provienen de familias bien estructuradas con una alta autoestima, seguridad y mejor adaptados. (Asociación de Nuevos Padres [ANP] s/f).

En otro orden e ideas, esa actitud matricentrista de creer que un niño o niña, está mejor cuidado con su madre u otro familiar que no sea su padre, es desconsiderar y vulnerar el derecho que tienen los hombres de ejercer su paternidad y de estar presentes en todos los momentos importantes y significativos de la vida de sus hijos.

La excusa social es que el padre no tiene tiempo y conocimiento suficiente para atender a sus hijos e hijas.

Insistir en este desatino es condenar a los hijos a estar doblemente abandonados y en manos de cuidadores, cuando su madre tenga que incorporarse al mercado de trabajo o al campo profesional y así quedarse sin el apoyo de unos padres sensibles y responsables.

Es cierto que la gran mayoría de los hombres no asumen su compromiso parental, pero es recurrente puntualizar, que todos son productos de una cultura machista que la familia reproduce mientras van creciendo los hijos.

Al niño no se le enseña a ser un padre responsable, todo lo contrario.
Y lo más paradójico de este asunto, es que las madres invierten toda su energía "marginal" para que sus hijos repitan el "mapa" de abandonadores compulsivos.

Sin embargo, aquellos hombres que tuvieron el regalo de ser criados con amor y respeto para desarrollar altos niveles de autoestima y que los ha convertido en seres auténticamente humanizados, se les suele ver en los automercados acompañando a su mujer a realizar las compras.

Otros se ocupan de los quehaceres domésticos mientras su mujer atiende sus compromisos académicos o laborales.
También se involucran amorosamente en un embarazo deseado.
Se vuelven un manojo de nervios mientras su esposa está en sala de parto para luego ahogarse de un llanto bonito cuando les anuncian que es una niña o niño quien acaba de nacer.
Después andan como "locos" cambiando pañales, bañando, besando, abrazando y los llevan en sus hombros para sentirlos y sentirse en contacto auténtico que brinda el triángulo familiar.

En definitiva es posible generalizar estas conductas descritas, porque nos tropezamos a cada momento con ellas.
La familia es rescatable, porque es un valor social que se debe promover utilizando todos los medios y mecanismos ideologizantes del que dispone nuestra sociedad.