Padres y Madres Separados

Ayuda práctica, jurídica y psicológica padres, madres, separados, divorciados e hijos

La gran falacia

No hay arma mas peligrosa que la palabra. Ya se dice que la lengua es como un pequeño timón que gobierna una gran nave. Es también según se dice en ella, un fuego y un infierno de maldad. Con ella bendecimos a Dios y con ella maldecimos al prójimo.

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¿Que vergüenza y que moral demuestran tener los que han legislado y los que aplican tan arbitrariamente la ley, con discriminación descarada e inapelable, desde sus púlpitos poco menos que sagrados?.

¿Como se puede pretender que un hombre maltratado así, y que ve que sus hijos le son robados descaradamente, y esto por la misma justicia que debería defender sus derechos inalienables, se comporte de forma suave, se someta a la vejación (muy civilizada, eso sí) y no cometa una locura?.
¿A que vienen esos espantos, cuando un sujeto de genio vivo, despojado de todo, se larga por la senda de en medio y comete una loca barbaridad?).

Si se quiere paz se tiene que poner delante la justicia. Y el fruto de la justicia se siembra en paz, para aquel que hace la paz.

Se seguirán cometiendo las mismas tropelías legales como hasta ahora pero cuando llegue la hora (siempre llega la hora ) de cada uno, todo serán exclamaciones llorosas diciendo ¿qué hicimos mal?

Cuando las haga aquel al que le toque, sepa claramente que esto que hoy se hace es lo que se hizo mal.
Todos saben la índole del problema, pero todos se hacen de lado como cuando a los judíos los llevaban al quemadero o en el período nazi.
Después cuando les tocó a ellos ya no había salida ni protector a mano.

Las palabras encandilaron a todos y todos veían lo que ocurría como algo que era razonable, ya que a ellos no les afectaba y algo les beneficiaba,
Después todo se volvió juicios, condenas etc. pero ¿y los muertos, torturados etc. dónde quedaron?

Tal como ayer , algún día caeremos en la cuenta de que esto que sucede, nunca debió suceder, pero ya será demasiado tarde y las heridas ya no podrán curar, porque tras la injusticia fuimos, y tras la injusticia tendremos que seguir.

Del mismo modo que un drogadicto es casi imposible que vuelva atrás, así los daños que se causen al menor en su psiquis, ya no tienen retorno, y será la época dorada de los psiquiatras y santones, que trabajarán para restaurar lo irreparable, que aun ahora todavía se podría restañar, pese a los grandes males que ya ha provocado.

Rafael Marañón Barrio.
Asociaciσn de Mujeres y hombres separados Canaletas Alhambra.