Carta abierta al hijo que ya sabe quién soy
Realmente conmovedor. Las personas están por encima del sexo que ostenten...o detenten
Publicado el
Al principio intenté introducir el tema como si fuera uno de esos cuentos
que nos unieron cada noche en tu cama, durante años, como un ritual sagrado,
hasta que preferiste leer solo.
"¿Te acordás de lo bien que lo pasábamos?... Siempre me pedías un poco más".
"Sí, me gustaban las voces raras que les hacías a los personajes".
"Hay algo que te quiero decir hace mucho y no me animo.
Pero no quiero que pase el tiempo y te sientas traicionado porque no te lo dije.
Voy a ver si me sale decírtelo como cuando te contaba esos cuentos".
"Ya sé. Déjame adivinar: estás de novio con Mónica".
"No, hijito.
Con Mónica salimos un par de veces, nada más.
Lo que tengo que decirte es bastante más complicado".
Estreché tu mano y comencé:
"Había una vez... había una vez un chico que quería ser mujer.
Jugaba con las nenas más que con los varones.
A la noche, cuando se acostaba, pedía un deseo: despertarse con cuerpo de nena al día siguiente.
Creía en la magia que le había permitido a la Sirenita convertir su cola de pez en dos hermosas piernas y estaba dispuesto a sufrir igual que ella, a pagar cada paso dado con el dolor de mil agujazos.
Pero la magia nunca se produjo y el chico siguió despertándose como varón y yendo a la escuela donde sus compañeros se burlaban de él..."
A esta altura ya me habías comprendido y tu boca se había petrificado en una O muda.
"Es una broma, ¿no?".
Ambos sabíamos que no.
"Hijo querido: quiero que sepas que tu madre y yo nos quisimos muchísimo durante mucho tiempo, que vos y tu hermano son frutos del amor y que son los mejores hijos que pudimos tener.
Que mi amor por ustedes nunca se va a acabar.
Que a pesar de todos los cambios seguiré siendo la misma persona, que seré siempre tu padre y voy a cuidarte, acompañarte y protegerte como hasta ahora.
Si esto que te estoy contando te aleja de mí, voy a sufrir mucho, pero al menos sé que lo harás sabiendo quién soy.
Ya sea que te alejes o te acerques, que te muevas en cualquier dirección, me importa mucho que tengas referencias claras, que sepas exactamente de dónde te vas y a dónde volvés".
"¿Te acordás de lo bien que lo pasábamos?... Siempre me pedías un poco más".
"Sí, me gustaban las voces raras que les hacías a los personajes".
"Hay algo que te quiero decir hace mucho y no me animo.
Pero no quiero que pase el tiempo y te sientas traicionado porque no te lo dije.
Voy a ver si me sale decírtelo como cuando te contaba esos cuentos".
"Ya sé. Déjame adivinar: estás de novio con Mónica".
"No, hijito.
Con Mónica salimos un par de veces, nada más.
Lo que tengo que decirte es bastante más complicado".
Estreché tu mano y comencé:
"Había una vez... había una vez un chico que quería ser mujer.
Jugaba con las nenas más que con los varones.
A la noche, cuando se acostaba, pedía un deseo: despertarse con cuerpo de nena al día siguiente.
Creía en la magia que le había permitido a la Sirenita convertir su cola de pez en dos hermosas piernas y estaba dispuesto a sufrir igual que ella, a pagar cada paso dado con el dolor de mil agujazos.
Pero la magia nunca se produjo y el chico siguió despertándose como varón y yendo a la escuela donde sus compañeros se burlaban de él..."
A esta altura ya me habías comprendido y tu boca se había petrificado en una O muda.
"Es una broma, ¿no?".
Ambos sabíamos que no.
"Hijo querido: quiero que sepas que tu madre y yo nos quisimos muchísimo durante mucho tiempo, que vos y tu hermano son frutos del amor y que son los mejores hijos que pudimos tener.
Que mi amor por ustedes nunca se va a acabar.
Que a pesar de todos los cambios seguiré siendo la misma persona, que seré siempre tu padre y voy a cuidarte, acompañarte y protegerte como hasta ahora.
Si esto que te estoy contando te aleja de mí, voy a sufrir mucho, pero al menos sé que lo harás sabiendo quién soy.
Ya sea que te alejes o te acerques, que te muevas en cualquier dirección, me importa mucho que tengas referencias claras, que sepas exactamente de dónde te vas y a dónde volvés".