Los padres varones se transforman en sus peores enemigos
Acerca de cómo los padres varones se transforman en sus peores enemigos. escrito por Robert B. Gidding, abogado de familia.
Publicado el
4. Desgraciadamente, muchísimas madres amenazan con violencia doméstica a los
padres varones o amenazan con hacer falsas denuncias de violencia doméstica
para lograr una orden de exclusión del hogar.
Las falsas denuncias de violencia doméstica son lamentablemente muy habituales.
Estas amenazas no deben impulsar a los padres varones a abandonar su hogar y sus hijos cuando la vida matrimonial se hace muy amarga.
Si la mujer efectúa estas amenazas, entonces los padres deben actuar cautelosamente y permanecer lejos de la mujer cuando están juntos en el hogar. Esto puede significar dormir en diferentes cuartos ó en el piso, poner distintos horarios de comida para que los esposos no coman juntos, evitándose el uno al otro lo más posible.
Será difícil pero no imposible. Puede poner tensos a los hijos, pero es mucho peor para los hijos ver desaparecer a su padre del hogar sin ninguna garantía de verlo regularmente.
He visto que, jueces imaginativos, han ordenado este tipo de arreglos y que los padres actúen como tales en forma separada, mientras convivan bajo el mismo techo.
5. Las esposas muy a menudo inducen al marido a irse del hogar diciendo:
"Necesito un tiempo para mí durante unos meses. Por favor, vete y así podremos recomponer la situación para que puedas volver".
En todos mis años de práctica, he visto una sola vez en que la pareja se reconcilió luego de la separación.
Seguramente esto debe ocurrir en otras ocasiones también pero es poco frecuente.
Si los integrantes de la pareja realmente desean trabajar por su reconciliación, lo pueden hacer yendo a terapeutas ó consejeros especializados, viviendo bajo el mismo techo aunque en cuartos separados ó distintos lugares de la casa.
Lamentablemente, muchas esposas no tienen ninguna intención de reconciliarse, otras pueden tenerla al principio pero rápidamente cambian de idea.
Las falsas denuncias de violencia doméstica son lamentablemente muy habituales.
Estas amenazas no deben impulsar a los padres varones a abandonar su hogar y sus hijos cuando la vida matrimonial se hace muy amarga.
Si la mujer efectúa estas amenazas, entonces los padres deben actuar cautelosamente y permanecer lejos de la mujer cuando están juntos en el hogar. Esto puede significar dormir en diferentes cuartos ó en el piso, poner distintos horarios de comida para que los esposos no coman juntos, evitándose el uno al otro lo más posible.
Será difícil pero no imposible. Puede poner tensos a los hijos, pero es mucho peor para los hijos ver desaparecer a su padre del hogar sin ninguna garantía de verlo regularmente.
He visto que, jueces imaginativos, han ordenado este tipo de arreglos y que los padres actúen como tales en forma separada, mientras convivan bajo el mismo techo.
5. Las esposas muy a menudo inducen al marido a irse del hogar diciendo:
"Necesito un tiempo para mí durante unos meses. Por favor, vete y así podremos recomponer la situación para que puedas volver".
En todos mis años de práctica, he visto una sola vez en que la pareja se reconcilió luego de la separación.
Seguramente esto debe ocurrir en otras ocasiones también pero es poco frecuente.
Si los integrantes de la pareja realmente desean trabajar por su reconciliación, lo pueden hacer yendo a terapeutas ó consejeros especializados, viviendo bajo el mismo techo aunque en cuartos separados ó distintos lugares de la casa.
Lamentablemente, muchas esposas no tienen ninguna intención de reconciliarse, otras pueden tenerla al principio pero rápidamente cambian de idea.