DOS DE CAFRES
El caso ese de la sentencia de lapidación a una tal Safiya, en Nigeria, la verdad es que me tiene acongojado.
Por Ramón Pastor Quiránt, presidente de la Unión de Separados
Publicado el
A mí y a cualquiera que presuma de tener dos dedos de frente.
Y no únicamente por la inmensa salvajada que supone la sentencia, sino también por la tremebunda hipocresía que late en todo el caso de cabo a rabo. No sólo se ceban de forma inmisericorde en la pobre mujer, sino que encima, el hombre con el que cometió el adulterio sale más libre que un pajarito volando, y ni siquiera le llaman a declarar “para que no pase vergüenza”.
La situación, pues, está creada por auténticos cafres, y en Oriente, por desgracia, ya no nos extraña que se den casos como ése. Son muchos los países islámicos donde sentencias como ésta, a lo que hay que añadir mutilaciones, azotes y palizas públicas, ejecuciones multitudinarias, etc., conforman una cuadro de terror antediluviano.
¡Cuánto mejor estamos en Occidente! Porque a la vista de “esa justicia”, aquí somos la rehostia de civilizados. De hecho, lo somos tanto que, por supuesto, no castigamos a las adúlteras.
Y no únicamente por la inmensa salvajada que supone la sentencia, sino también por la tremebunda hipocresía que late en todo el caso de cabo a rabo. No sólo se ceban de forma inmisericorde en la pobre mujer, sino que encima, el hombre con el que cometió el adulterio sale más libre que un pajarito volando, y ni siquiera le llaman a declarar “para que no pase vergüenza”.
La situación, pues, está creada por auténticos cafres, y en Oriente, por desgracia, ya no nos extraña que se den casos como ése. Son muchos los países islámicos donde sentencias como ésta, a lo que hay que añadir mutilaciones, azotes y palizas públicas, ejecuciones multitudinarias, etc., conforman una cuadro de terror antediluviano.
¡Cuánto mejor estamos en Occidente! Porque a la vista de “esa justicia”, aquí somos la rehostia de civilizados. De hecho, lo somos tanto que, por supuesto, no castigamos a las adúlteras.