Padres y Madres Separados

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La criminalización de la paternidad

LA CRIMINALIZACION DE LA PATERNIDAD.
Por Stephen Baskerville. En el boletín Julio / Agosto de la Red para la Liberación de la Mujer. Su autor declara que no es probable que le dejen publicarlo en otro medio con posterioridad.

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¿Un padre comparece ante estos juzgados? ¿Sin ningún delito ni falta cometidos? Da igual: de inmediato verá sus movimientos, finanzas, costumbres personales, conversaciones, compras y contacto con sus hijos sujetos a la investigación y el control de juzgado.

Debe someterse a interrogatorios sobre su vida privada, siendo este término de "interrogatorio" el que emplea para describirlo el autor Jed Abrahams.
Debe facilitar sus documentos personales, diarios, correspondencia y documentación financiera. Su casa puede ser allanada en cualquier momento. Sus visitas a sus hijos pueden ser monitorizadas por funcionarios del juzgado y restringidas a un "centro de visitas supervisadas", para lo cual tendrá que pagar una cantidad por hora y donde él y su hijo serán observados y escuchados durante el tiempo en que estén juntos.
Cualquier cosa que diga a su esposa o hijos, así como a asesores familiares o terapeutas personales, puede ser utilizada en su contra en el juzgado, y sus hijos pueden ser utilizados para informar contra él.
Se les pregunta a los padres cómo se "sienten" respecto de sus hijos, que hacen con ellos, dónde les llevan, cómo les besan, cómo les alimentan o bañan, qué les compran y qué conversan con ellos.
Les obligan bajo amenaza de encarcelamiento, a pagar a abogados y psicoterapeutas que ellos no han contratado.
Sus nombres se incorporan a un registro federal, sus sueldos serán embargados y el gobierno federal tendrá acceso a sus historiales financieros. Si rehúsan a cooperar pueden ser encarcelados sumariamente, u obligado a someterse a examen psiquiátrico.

En adelante, ese padre no tiene voz ni voto sobre dónde residen sus hijos, el colegio al que asisten o su atención personal, formación religiosa o visitas al médico y al dentista. No tiene derecho a ver su expediente escolar o médico, ni control sobre los medicamentos o drogas que se le administran.
Se le puede prohibir que lleve a sus hijos al médico cuando enferman.
Se le puede indicar a qué servicios religiosos puede (o debe) asistir con sus hijos, qué puede hacer con ellos y qué temas puede o no debatir con ellos en privado.
Y puede ser obligado a pagar dos tercios o más de sus ingresos en concepto de "pensión por alimentos".