Padres y Madres Separados

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Paranoia

Enfermedad del Alma y de la sociedad.

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Y será bien difícil que se pueda sustraer a esta influencias, debido a su natural predisposición.
Todo el mundo tiene sus razones, y esta clase de mujer tan abundante hoy día, también las tiene.
Equivocadas y perniciosas, pero son sus razones, para ella sagradas y perfectamente diseñadas.
Razones de ventajista y camorrista.
Es una desdicha para ella y los demás, pero como no es algo tan extraño y es asumido por una sociedad que lo fagocita todo, malo o bueno, continúa funcionando trayendo los males que explicamos también a continuación. Males para ellas, para sus familias y para toda la sociedad, que ya se está alarmando de las veleidades que se le imponen, sin motivo justo y pertinente.
Así esta mujer, padece una perturbación del juicio y/o problemas de aberración de la razón.
En la lengua inglesa, y concretamente en el diccionario de Webster, este término significa: por una parte, una psicosis crónica, delirante sistematizada y sin alucinación, y por otra parte, una tendencia natural por parte de estas personas a la sospecha, a la desconfianza, y a la megalomanía secreta o manifiesta. Así que el hecho patológico, es una continua situación de trastornos mentales, tanto de manías persecutorias, por las que se sienten engañadas u oprimidas, como de actitudes histéricas que ellas tratan de hacer pasar por respuestas «moderadas», a las supuestas agresiones cometidas contra ellas, o a las que ellas «saben» que están preparando los demás para perjudicarla, y que duran toda la vida de las que las padecen.
Y las vidas de su entorno.
Esta personalidad permanente en todos los casos (es incurable de por vida), es una psicopatía adquirida generalmente de las inculcaciones, y recogidas por las que a causa de algún trauma infantil o juvenil, están perpetuamente en posición vulnerable ante quien le dé la razón en sus extravíos, que al no ser alucinaciones, no aparecen claramente a los que, por no vivir en su entorno, no padecen su continua gotera de sospechas, recriminaciones y la clara (para ella), percepción de que está siendo engañada y estafada.
Sean cuales sean las definiciones utilizadas, y que son tan aleatorias como el mismo hecho patológico, se trata siempre uniforme y claramente, en todo lugar y sociedad, de los mismos síntomas característicos.