Padres y Madres Separados

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No es lo usual, pero...

La_verdad.com. Murcia
> Una mujer se separa aprovechando que el esposo estaba muy grave en un hospital
Le denunció por abandono del hogar y ocultó que le estaban operando de corazón

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La esposa de Luis había aprovechado la ausencia de éste para plantarse en el juzgado y denunciar que había abandonado su hogar.

Ocurrió a principios del verano del 2000, sólo cuatro meses después de la operación. Y aún tuvo escrúpulos para hablar día tras día por teléfono con su esposo, en el año largo que duró la ausencia, sin desvelar que ya no era legalmente su mujer.

Un corazón enfermo y ‘rebelde’
Aunque Luis prefiere mantener oculta su identidad aporta una carpeta de papeles que prueban hasta los días exactos de las llamadas y su duración, los partes médicos y los documentos judiciales auténticos.

Según consta en otros folios del juzgado, compareció la mujer para rematar su curiosa separación y Luis –se señala en el mismo texto– no acudió «pese a estar citado en forma legal el demandado».

En aquella misma hora, el marido engañado descansaba en un hospital sin sospechar que su corazón, además de enfermo, era rebelde según la ley.
Pero siguió recuperándose.
Por eso, la ya ex esposa recibió en su lugar la notificación que zanjaba el asunto, según la diligencia, «por no hallarse aquel presente».

Pasaron los meses. Luis se recuperó y, emocionado, recibió el primer beso de su improbable mujer en el mismo rellano de la puerta de su casa.
Nada parecía haber cambiado.
Sólo observó que el taquillón, un mueble de escasa capacidad que suele colocarse en el recibidor, normalmente con uso decorativo, estaba cerrado con llave.

Preguntó y su esposa le aseguró que había perdido la llave. «La misma que encontré escondida sobre un armario –explica Luis–. Abrí el mueble y hallé la sorpresa»:
la sentencia que concedía a la mujer el divorcio, la guardia de las niñas y el piso.

Sujetando el costado con una mano, Luis creyó que las cicatrices del corazón se le abrían.
«Me presenté en el juzgado para que recoger la notificación –continúa Luis– y, posteriormente, ésta también llegó a mi propio domicilio».

Ahora el corazón herido y rebelde de Luis se debate entre mantener la farsa o actuar contra su mujer y contra la justicia.

Y después quizás hasta dé por buena la sentencia de separación.